La Gran Tribulación – El Día de la Expiación (Yom Kipur) Planetaria (Hebreos 10:1)

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 « Porque entonces habrá gran tribulación como la cual no ha sucedido una desde el principio del mundo hasta ahora, no, ni volverá a suceder »

 Palabras de Jesucristo

 (Mateo 24:21) 

¡Ay de los que desean con vehemencia el día de Jehová! ¿Qué, entonces, significará para ustedes el día de Jehová? Será oscuridad, y no luz

¡Ay de los que desean con vehemencia el día de Jehová! ¿Qué, entonces, significará para ustedes el día de Jehová? Será oscuridad, y no luz

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 INTRODUCCIÓN

« ¡Ay de los que desean con vehemencia el día de Jehová! ¿Qué, entonces, significará para ustedes el día de Jehová? Será oscuridad, y no luz » (Amós 5:18). El siguiente artículo, que examinará lo que es la gran tribulación, está escrito en el espíritu de Amós 5:18, con seriedad y tristeza. Cuando un meteorólogo o un equipo de ingenieros analiza las terribles imágenes de satélite de un ciclón de categoría 5, con vientos que superan los 300 km/h, están delante de un dilema. Se encuentran entre la necesidad de advertir a las poblaciones envueltas en este peligro, sin provocar un pánico general, que podría empeorar la situación. Es lo mismo con respecto a la gran tribulación: hay un deber bíblico de advertir, sin aterrorizar a las personas. Es necesario demostrar que la gran tribulación es un acontecimiento dramático, muy cercano, que realmente sucederá, y al mismo tiempo, mostrando lo más claramente posible, lo que hay que hacer para sobrevivir. Jesucristo mismo anunció esta gran tribulación, con referencia particular a la profecía de Daniel:

« Y durante aquel tiempo se pondrá de pie Miguel, el gran príncipe que está plantado a favor de los hijos de tu pueblo. Y ciertamente ocurrirá un tiempo de angustia como el cual no se ha hecho que ocurra uno desde que hubo nación hasta aquel tiempo » (Daniel 12:1).

« Porque entonces habrá gran tribulación como la cual no ha sucedido una desde el principio del mundo hasta ahora, no, ni volverá a suceder » (Mateo 24:21).

La profecía de Daniel, y la de Apocalipsis, anuncian que habrá muchos sobrevivientes:

« Y durante aquel tiempo tu pueblo escapará, todo el que se halle escrito en el libro » (Daniel 12:1).

« Después de estas cosas vi, y, ¡miren!, una gran muchedumbre, que ningún hombre podía contar, de todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas, de pie delante del trono y delante del Cordero, vestidos de largas ropas blancas; y había ramas de palmera en sus manos. (…) Y, en respuesta, uno de los ancianos me dijo: “Estos que están vestidos de la larga ropa blanca, ¿quiénes son, y de dónde vinieron?”. De modo que le dije inmediatamente: “Señor mío, tú eres el que sabe”. Y me dijo: “Estos son los que salen de la gran tribulación, y han lavado sus ropas largas y las han emblanquecido en la sangre del Cordero » (Apocalipsis 7:9,13,14).

Es la profecía de Zacarías la que proporciona la información más extremadamente precisa sobre la gran tribulación, y la gran muchedumbre, que sobrevivirá a la gran tribulación: « Y en toda la tierra tiene que ocurrir —es la expresión de Jehová— que dos partes de ella son lo que será cortado y expirará; y en cuanto a la tercera parte, quedará en ella. Y ciertamente traeré la tercera parte por el fuego; y realmente los refinaré como al refinar la plata, y los examinaré como al examinar el oro. Ella, por su parte, invocará mi nombre, y yo, por mi parte, le responderé. Ciertamente diré: ‘Es mi pueblo’, y ella, a su vez, dirá: ‘Jehová es mi Dios’ » (Zacarías 13:8,9). Dios divide la humanidad en tres ”partes » (H6310 Strong’s Concordance: “פֶּה” (peh)). Al principio, uno pensaría que serían tres partes iguales de tres “tercios” (tres “tercera” partes) (H7992 Strong’s Concordance “שְׁלִישִׁי” (sheliyshiy)). En el texto hebreo, se trata de dos primeras “partes” (peh) y la tercera (sheliyshiy), según el contexto de esta frase, la tercera « parte ». Lo que significa que estas tres partes de la humanidad no son necesariamente con las mismas cantidades de humanos. Para saber a que corresponden las tres “partes” de la humanidad, hay que siempre referirse a la dramática celebración del Día de la Expiación, el 10 de Etanim (Tisri).

Muchas profecías bíblicas anuncian la gran tribulación como el « Día de Jehová ». Mientras nos referiremos a ellas, este artículo se centrará principalmente en la profecía de Zacarías, para descubrir qué es la gran tribulación y cuándo ocurrirá.

¿Qué es la gran tribulación?

En pocas palabras, es el momento en que Jehová Dios, a través de su Hijo, el Rey Jesucristo, pondrá fin a este sistema de cosas (Apocalipsis 14:15-20; 19:11-21). Otras profecías bíblicas se refieren a la Gran Tribulación como del Día de Jehová: « Toquen un cuerno en Sión, y den un grito de guerra en mi santa montaña. Que todos los habitantes de la tierra se agiten; ¡porque viene el día de Jehová, porque está cerca! Es día de oscuridad y tenebrosidad, día de nubes y densas tinieblas, como luz del alba extendida sobre las montañas » (Joel 1:15; 2:1,2; ver también Amós 5:18-21; Obdías 15; Sofonías capítulos 1 y 2:1-4; Zacarías capítulos 12, 13, 14).

El calendario bíblico hebreo lunisolar

Primer mes: Nisán o Abib(en la Biblia) (marzo-abril)(30 días)

Segundo mes: Iyar o Ziv(en la Biblia) (abril-mayo)(29 días)

Tercer mes: Siván(mayo-junio)(30 días)

Cuarto mes: Tamuz(junio-julio)(29 días)

Quinto mes: Ab(julio-agosto)(30 días)

Sexto mes: Elul(agosto-septiembre)(29 días)

Séptimo mes: Tisri o Etanim(en la Biblia) (septiembre-octubre)(30 días)

Octavo mes: Hesván o Bul(en la Biblia) (octubre-noviembre)(29 o 30 días)

Noveno mes: Kislev(noviembre-diciembre)(29 o 30 días)

Décimo mes: Tebet(enero a enero)(29 días)

Undécimo mes: Sebat(enero-febrero)(30 días)

Duodécimo mes: Adar(febrero-marzo)(29 o 30 días)

Decimotercer mes: Adar II o Veadar(29 días)

Actualmente, el sistema de ajuste del calendario lunisolar hebreo se basa en un ciclo metónico (un sistema astronómico para ajustar el año lunar (354 días) al año solar (365 días)). Hay 7 adiciones de meses intercalares durante un período de 19 años (7 años lunisolares de 13 meses), para sincronizar el año lunar de 354 días con el año solar de 365 días, durante un período de 19 años. El decimotercer mes se agrega en el tercer año, el sexto año, el octavo año, el undécimo año, el decimocuarto año, el decimoséptimo año y el decimonoveno año. Este sistema de sincronización astronómica, aunque confiable (en todos los ciclos de 19 años), es empírico, es decir, no verificado cada año (se presentarán ejemplos más adelante). Entonces, ¿dónde está el problema? Los ciclos lunares requieren ajustes regulares basados en la observación cada año. Esos ajustes se realizan con base en el equinoccio de otoño, entre los meses de Ethanim (Tisri) (el séptimo mes del año bíblico (otoño)) y Abib (Nisán) (el primer mes del año bíblico (primavera)). Sin embargo, durante aquellos siete períodos mencionados anteriormente, no hay verificación para ver si hay un cambio de un año al siguiente, para determinar si podría ser necesario agregar un mes intercalar de un año al siguiente. 

Es importante especificar, para la continuación del argumento, que el sistema metónico ha existido solo desde el siglo VI, antes de la era común. Lo que significa que los patriarcas como Noé, Abrahán, Moisés y, también bajo la administración de los jueces y los reyes en Israel (en tiempos bíblicos), hasta el exilio de los judíos en Babilonia, este sistema lunisolar empírico del ciclo metónico no existía. El ajuste, en tiempos bíblicos, se hacía con la observación. Esta información es muy importante porque, según la profecía de Ezequiel, respecto a la Gran Tribulación, esta debería ocurrir en un año lunisolar de 13 meses (Ezequiel 39:12-14) (que va de otoño a finales de verano (Etanim (Tisri) a Elul) (año agrícola) o de primavera a primavera (Abib (Nisán) a Adar (o Adar II (Veadar)) (año religioso)). En la Biblia, el mes de Etanim (Tisri) es designado como el séptimo mes, mientras que el mes de Abib (Nisán) representa el primer mes del año o el comienzo del año (Éxodo 13:4-6; Ezequiel 40:1 (el comienzo del año designa al mes de Abib (Nisán))).

LA GRAN TRIBULACIÓN DURARÁ UN DÍA

Después de leer detenidamente todos los textos proféticos que mencionan el « Día de Jehová » o la « Gran Tribulación », se puede decir sin lugar a dudas que este día durará UN SOLO DÍA.

El texto profético más claro en cuanto a su duración, es el de Zacarías y el Libro de Apocalipsis, que describen el Día de Jehová, siendo un solo día, o la fecha de un día:

« Y tiene que llegar a ser un día que es conocido como perteneciente a Jehová » (Zacarías 14:7).

Este texto muestra que es un día de 24 horas (y no un período de varios días) porque está escrito que el momento de la luz del día, no será ni de día ni de noche, y a la hora de la oscuridad de la noche habrá luz. Sin embargo, el texto más explícito, es el del libro de Apocalipsis, que asocia este día con una fecha del calendario judío. En Apocalipsis 11:18 está escrito: « Pero las naciones se airaron, y vino tu propia ira, y el tiempo señalado para que los muertos sean juzgados, y para dar su galardón a tus esclavos los profetas y a los santos y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y para causar la ruina de los que están arruinando la tierra » (Apocalipsis 11:18). Este texto se refiere al tiempo de la Gran Tribulación, cuando Dios « cause la ruina de los que están arruinando la tierra ». Sin embargo, lo que es aún más interesante, es que el versículo 19 repite, esta vez de forma enigmática, cuando venga el Día de Jehová o la Gran Tribulación: « Y fue abierto el [santuario del] templo de Dios que está en el cielo, y se vio en [el santuario de] su templo el arca de su pacto. Y ocurrieron relámpagos y voces y truenos y un terremoto y un granizo grande » (Apocalipsis 11:19).

El versículo 19 tiene dos partes principales: la primera, con la visión del Arca del Pacto, representa de hecho, la fecha de un solo día. Jehová Dios no permitía que el Arca del Pacto fuera visible (por el Sumo Sacerdote) en ningún día, que no sea 10 de Etanim (Tisri) (Levítico 16:2,29). La segunda parte del versículo 19, es la descripción simbólica de la Gran Tribulación. El 10 de Etanim (Tisri), corresponde a la celebración dramática del Día de la expiación, cuyo procedimiento se describe en Levítico capítulo 16. Esta celebración es dramática porque describe simbólicamente y detalla lo que sucederá durante el Día de Jehová. Esto demuestra que es un día de tristeza, Jehová había dado esta instrucción sobre este día: « Es un sábado de descanso completo para ustedes, y tienen que afligir sus almas. Es estatuto hasta tiempo indefinido » (Levítico 16:31).

« En verano y en invierno ocurrirá »

(Zacarías 14:8b)

La frase « En verano y en invierno ocurrirá » se usa de forma distinta (pero de manera parecida) en otros pasajes de la Biblia, refiriéndose a la Fiesta de las Cabañas: « Y efectuarás tu fiesta de las semanas con los primeros frutos maduros de la siega del trigo, y la fiesta de la recolección al término del año » (Éxodo 34:22). La Fiesta de las Semanas se refiere a Pentecostés, el 6 de Siván, una fiesta de primavera. La Fiesta de la Recolección es la Fiesta de las Cabañas, una festividad de otoño, asociada con este famoso « término del año », en el mes de Etanim (Tisri).

El primer día de este mes de Etanim (Tishri) era especial: « “Habla a los hijos de Israel, y di: ‘En el mes séptimo, al primero del mes, debe ocurrir para ustedes un descanso completo, una conmemoración por el toque de trompeta, una convocación santa’ » (Levítico 23:24). Así, el cambio de año se marcaba con el comienzo del séptimo mes, el 1 de Etanim (Tisri). Hay otro texto del mismo libro bíblico que utiliza otra expresión, que corresponde al « término del año »: « También, la fiesta de la cosecha de los primeros frutos maduros de tus labores, de lo que siembras en el campo; y la fiesta de la recolección a la salida del año, cuando recojas tus labores del campo » (Éxodo 23:16). El mes de Etanim (Tisri) también correspondía a la « salida del año ».

Examinemos la declaración de la profecía de Zacarías: « Y en aquel día tiene que ocurrir [que] saldrán aguas vivas de Jerusalén, la mitad de ellas hacia el mar oriental y la mitad de ellas hacia el mar occidental. En verano y en invierno ocurrirá » (Zacarías 14:8). El contexto se refiere al tiempo inmediatamente poco después del Día de Jehová, o la Gran Tribulación, que está programado para el 10 de Etanim (Tisri) (véase el estudio anterior sobre el 10 de Tishri (Etanim) en la Biblia (Apocalipsis 11:19)). Luego está escrito: « Y Jehová tiene que llegar a ser rey sobre toda la tierra. En aquel día Jehová resultará ser uno solo, y su nombre uno solo » (Zacarías 14:9). Este período, que seguirá poco después de la Gran Tribulación, celebrará el Reinado de Jehová Dios, el Padre Celestial, con la Fiesta de las Cabañas (Zacarías 14:16). Por lo tanto, la fecha del 15 de Etanim (Tisri) parece aludir a este « término del año » o la « salida del año » y la transición del verano al invierno (es decir, en este contexto, al otoño) (Zacarías 14:8). En esta profecía, este día especial coincidiría con la transición del verano al invierno (que implicaba otoño, ya que este equinoccio se incluía en el invierno, al igual que la primavera en el verano, en el contexto bíblico (Génesis 8:22)).

Este séptimo mes del año, el mes de Etanim (Tisri), parece ser decisivo en cuanto a la decisión de añadir el mes intercalar al año lunisolar (del calendario lunisolar judío). Esta pregunta es importante porque el año en que ocurrirá el Día de Jehová (la gran tribulación) tendrá una duración de 13 meses (Ezequiel 39:12-14). ¿Sobre qué base debería tomarse la decisión de añadir el mes extra dentro del marco del año lunisolar de 13 meses? Obviamente, sobre la base del equinoccio de otoño en relación con el mes de Etanim (Tisri). La respuesta propuesta no es dogmática, se basa en deducciones. La decisión normalmente se basa en el día del equinoccio observado. Si este día cae entre el 1 y el 15 de Etanim, es decir, la fecha del 1 de Etanim (Tisri) es anterior al equinoccio de otoño, entonces, en la primavera siguiente, se añade el mes intercalar Veadar (Adar II), antes del mes de Abib (Nisán). Si el 1 de Etanim (Tisri) fuera posterior al equinoccio observado, y no entre el 1 y el 15 de Etanim (Tishri), no es necesario añadir un mes intercalar.

La gran tribulación tendrá lugar un año lunisolar

EL AÑO LUNISOLAR

Los calendarios occidentales se basan en el calendario solar gregoriano de 365 días(calendario gregoriano Wikipedia). Mientras que otros países utilizan el calendario lunar que tiene entre 354 y 355 días(calendario lunar Wikipedia). Por lo tanto, hay una diferencia de aproximadamente 11 días entre el calendario solar (365 días) y el calendario lunar (354 días). Sin embargo, el calendario hebreo también tiene en cuenta el ciclo solar de 365 días, por lo que es un calendario « lunisolar »(Wikipedia, calendario hebreo lunisolar).

Los puntos esenciales para saber sobre el calendario bíblico, que es similar al calendario hebreo, son los siguientes (es importante entenderlos para el razonamiento bíblico que seguirá):

En la Biblia, los días comienzan al atardecer después de la puesta del sol. Por ejemplo, en Génesis 1: 5, con respecto al primer día simbólico de la creación, está escrito: « Y llegó a haber tarde y llegó a haber mañana, un día primero ».

En la Biblia, los meses comienzan en la « luna nueva » (Salmos 81: 3). Los meses lunares son de 29 o 30 días. Sin embargo, en esta etapa del estudio, existe una dificultad significativa con respecto a la definición bíblica de la luna nueva(Wikipedia Luna Nueva). Algunos piensan que este es el momento en que la luna desaparece por completo (este es el caso del calendario hebreo actual). Otros piensan que representa la aparición de la primera parte de la luna creciente. Por esta razón, hay un subtítulo especial sobre el tema de la Luna Nueva que indicará la elección necesaria e importante entre estas dos opciones para determinar exactamente algunas fechas bíblicas importantes (la delmemorial de la muerte de Jesucristo(14 de Nisán) y la del10 de Tisri).

Los años lunisolares tienen 12 meses de 29 o 30 días. El mes intercalar (Veadar) se añade regularmente para compensar la diferencia de 11 días entre el año lunar (354 días) y el año solar (365 días). En este caso, este año lunisolar tiene excepcionalmente 13 meses, es un año « Lunisolar ». En la Biblia no se menciona aquel ajuste regular del calendario lunisolar al ciclo solar. Sin embargo, la información bíblica indirecta muestra que era efectivamente el caso. Por ejemplo, algunos meses tenían que coincidir regularmente con los cultivos estacionales, ya sea primavera (Abib (Nisán): primavera) u otoño (Etanim (Tisri)) (Éxodo 23:15). Es obvio que los israelitas de los tiempos bíblicos tomaban en cuenta de este ajuste, al añadir el mes intercalar (Veadar) porque las fiestas celebradas los meses de primavera permanecían en primavera, lo mismo en otoño (Levítico 23:37).

Actualmente, el sistema de ajuste, utilizado en el calendario hebreo, se realiza de acuerdo con un ciclo metónico: se añaden regularmente 7 años lunisolares de 13 meses, en un período de 19 años.

El libro de Ezequiel menciona indirectamente que el año en que ocurrirá la Gran Tribulación será lunisolar, con 13 meses, según el calendario judío. En los capítulos 38 y 39 de Ezequiel hay el relato profético de los acontecimientos antes, durante y después de la Gran Tribulación. Se menciona un período de siete meses de limpieza de la Tierra después de la Gran Tribulación: « Hasta el fin de siete meses seguirán efectuando búsqueda » (Ezequiel 39:12-14). ¿Cómo esta simple información nos hace entender que será un año lunisolar de 13 meses?


Según Apocalipsis 11:19, la gran tribulación tendrá lugar en el 10 de Tisri. Los capítulos de Ezequiel 38 y 39 cuentan el relato profético de la Gran Tribulación. Luego, al final de los siete meses mencionados en Ezequiel 39:12-14, está escrito que el profeta tuvo la visión del Templo que representa el dominio del Reino de Dios en la tierra, el 10 de Nisán:  » En el año vigésimo quinto de nuestro destierro, al comienzo del año, el día diez del mes, en el año decimocuarto después de haber sido derribada la ciudad, en este mismísimo día la mano de Jehová resultó estar sobre mí, de modo que me llevó a aquel lugar » (Ezequiel 40:1).

La tercera parte de la humanidad sobrevivirá a la gran tribulación

“Y en toda la tierra tiene que ocurrir —es la expresión de Jehová— que dos partes de ella son lo que será cortado y expirará; y en cuanto a la tercera [parte], quedará en ella. 9 Y ciertamente traeré la tercera parte por el fuego; y realmente los refinaré como al refinar la plata, y los examinaré como al examinar el oro. Ella, por su parte, invocará mi nombre, y yo, por mi parte, le responderé. Ciertamente diré: ‘Es mi pueblo’, y ella, a su vez, dirá: ‘Jehová es mi Dios’ »

(Zacarías 13:8,9)

La palabra traducida del hebreo « haarèts », traducida como « país », según el contexto, puede tomar el significado de « tierra » o planeta tierra y este es el caso de esta profecía sobre la gran tribulación mundial (Zacarías 1:10,11; 5:3; 6:7; 12:3; 14:9,17). En esta declaración, Dios divide a la humanidad en tres ”partes » (H6310 Strong’s Concordance: “פֶּה” (peh)). Al principio, uno pensaría que serían tres partes iguales de tres “tercios” (tres “tercera” partes) (H7992 Strong’s Concordance “שְׁלִישִׁי” (sheliyshiy)). En el texto hebreo, se trata de dos primeras “partes” (peh) y la tercera (sheliyshiy), según el contexto de esta frase, la tercera « parte ». Lo que significa que estas tres partes de la humanidad no son necesariamente con las mismas cantidades de humanos. Para saber a que corresponden las tres “partes” de la humanidad, hay que siempre referirse a la dramática celebración del Día de la Expiación, el 10 de Etanim (Tisri).

Aunque la profecía de Zacarías no establece una conexión directa entre el « Día de Jehová » y el « Día de la Expiación », lo hace de una manera enigmática. Un texto de Zacarías sobre la profecía del Brote, muestra que Jehová quitará el pecado de la tierra en un día (Zacarías 3:8,9; 14:7). ¿Cuándo Jehová removía el pecado de la tierra de Israel? En el Día de la Expiación, el 10 de Etanim (Tisri) (Levítico 16). Ese día era una celebración de la santidad de Jehová: « En aquel día resultará haber sobre las campanillas del caballo: ‘¡La santidad pertenece a Jehová!’. Y las ollas de boca ancha en la casa de Jehová tendrán que llegar a ser como los tazones delante del altar’ » (Zacarías 14:20 compare con Éxodo 28:36,37 y Levítico 16:4, « El turbante » donde estaba escrito « La santidad pertenece a Jehová »). Por tanto, las « tres partes » en cuestión se refieren a los tres animales utilizados en la primera fase de los sacrificios propiciatorios que se refieren a las tres « partes de la humanidad ».

En cuanto a los sacrificios expiatorios (y no las ofrendas quemadas), se trataba de tres animales: un toro y dos machos cabríos, es decir tres animales (lea Levítico 16). De los tres animales que iban a ser sacrificados de manera expiatoria, los dos primeros eran sacrificados (el toro y el primer macho cabrío), mientras que el tercero se salvaba (el segundo macho cabrío para Azazel). Ahora es importante saber a que corresponden aquellos tres animales (dos sacrificados y uno salvado):

El primer animal que moría, el toro, hacía expiación para Aarón y su casa, o por el grupo sacerdotal (Levítico 16:6,11). La clase sacerdotal que morirá, para resucitar instantáneamente en el cielo, al comienzo de la gran tribulación es la de los 7000, mencionada en Apocalipsis: « Y en aquella hora ocurrió un gran terremoto, y la décima parte de la ciudad cayó; y siete mil personas fueron muertas por el terremoto, y los demás se atemorizaron y dieron gloria al Dios del cielo » (Apocalipsis 11:13). La caída de la « décima parte de la ciudad santa » representa el grupo de 144.000 reyes y sacerdotes, complementado por la muerte y la resurrección instantánea, de los 7000 santos celestiales, al comienzo del Día de Jehová, la gran tribulación (1 Tesalonicenses 4:17).

El segundo animal, el macho cabrío sacrificado, en el día de la expiación, representa la segunda parte de la humanidad que perecerá durante la gran tribulación (Levítico 16:5,15). El sacrificio de este segundo animal está representado de una manera bastante aterradora en Apocalipsis 14:18-20 y 19:11-21, en este pasaje Jesucristo glorificado es representado como rey y sumo sacerdote, el « Brote » (Zacarías 6:11-13).

El tercer animal que hubiera tenido que ser sacrificado, finalmente es mantenido vivo: el macho cabrío para Azazel: « Y Aarón tiene que echar suertes sobre los dos machos cabríos, una suerte para Jehová y la otra suerte para Azazel. Y Aarón tiene que presentar el macho cabrío sobre el cual haya venido a dar la suerte para Jehová, y tiene que hacer de él una ofrenda por el pecado. Pero el macho cabrío sobre el cual haya venido a dar la suerte para Azazel debe tenerse parado vivo delante de Jehová para hacer expiación por él, a fin de enviarlo para Azazel al desierto » (Levítico 16:8-10). Obviamente, este « macho cabrío para Azazel » representa la gran muchedumbre que sobrevivirá a la gran tribulación, o « los demás » de la « ciudad santa » que dan gloria a Dios después de la muerte de los 7000 santos celestiales: « Los demás se atemorizaron y dieron gloria al Dios del cielo »(Apocalipsis 7:9-17; 11:13). Este entendimiento, da una idea de la gozosa posibilidad de que más de un tercio de la humanidad pueda sobrevivir a la gran tribulación, o varios miles de millones de personas que representarían la « gran muchedumbre », solo Dios y Jesucristo lo saben con certeza porque está escrito que no se puede contar (Zacarías 14:10,11).

Para que un número tan grande de personas sobreviva a la gran tribulación, parece obvio que un número significativo de personas no cristianas sobrevivirá a la gran tribulación, ¿está conforme al contexto de la profecía de Zacarías? (así como la profecía de Ezequiel)? Sí.

« Y tiene que ocurrir que, en lo que respecta a todos los que queden de todas las naciones que vienen contra Jerusalén, ellos también tendrán que subir de año en año a inclinarse ante el Rey, Jehová de los ejércitos, y a celebrar la fiesta de las cabañas »

(Zacarías 14:16)

Este texto muestra sin lugar a dudas que Jehová, al final de la gran tribulación, habrá perdonado a una parte importante de la humanidad que simbólicamente « subía contra Jerusalén » o que no era parte de la ciudad santa (inicialmente). Por otro lado, en la profecía de Ezequiel, capítulos 40 al 48, podemos leer lo que Jehová reprocha a los levitas, una parte importante de la gran muchedumbre que habrá sobrevivido a la gran tribulación: « ‘Pero en cuanto a los levitas que se alejaron de mí cuando Israel, quien se alejó vagando de mí, se fue vagando tras sus ídolos estercolizos, ellos también tienen que llevar su error. Y en mi santuario tienen que llegar a ser ministros en posiciones de superintendencia sobre las puertas de la Casa y ministros en la Casa. Ellos mismos degollarán el holocausto y el sacrificio para el pueblo, y ellos mismos estarán de pie delante de ellos para ministrarles. Debido a que siguieron ministrándoles a ellos delante de sus ídolos estercolizos y llegaron a ser para la casa de Israel un tropiezo que llevó al error, por eso he alzado mi mano contra ellos —es la expresión del Señor Soberano Jehová— y tienen que llevar su error. Y no se acercarán a mí para hacerme trabajo de sacerdotes ni para acercarse a cualesquiera cosas santas mías, a las cosas santísimas, y tienen que llevar su humillación y sus cosas detestables que hicieron. Y ciertamente los haré cuidadores de la obligación de la Casa, en lo que respecta a todo su servicio y en lo que respecta a todo lo que se debe hacer en ella’ » (Ezequiel 44:10-14).

Parece que hay una convergencia entre este texto de Ezequiel y Zacarías 14:16, que menciona a personas que habrán sobrevivido a la gran tribulación cuando subieron « contra Jerusalén » y los levitas que sirvían « sus ídolos estercolizos ». Jesucristo hizo una declaración bastante importante que muestra que el pecado por error (o involuntario) no siempre conlleva a la muerte espiritual: « Jesús les dijo: “Si fueran ciegos, no tendrían pecado. Pero ahora ustedes dicen: ‘Vemos’. Su pecado permanece”” (Juan 9:41). En este texto Jesucristo habla de una ceguera espiritual involuntaria que no es considerado como pecado (merecedor de castigo). Muchas personas hoy en día están en ceguera espiritual involuntaria, según este texto, y podrían beneficiarse de la misericordia de Dios en el día de la gran tribulación.

Es interesante notar siempre según esta misma profecía de Ezequiel cómo se describe a los Hijos de Sadoc, en contraste a los levitas no sacerdotales: « Y en cuanto a los sacerdotes levíticos, los hijos de Sadoc, quienes se encargaron de la obligación de mi santuario cuando los hijos de Israel se alejaron vagando de mí, ellos mismos se acercarán a mí para ministrarme, y ellos tienen que estar de pie delante de mí para presentarme grasa y la sangre —es la expresión del Señor Soberano Jehová—. Ellos son los que entrarán en mi santuario, y ellos mismos se acercarán a mi mesa a ministrarme, y ellos tienen que encargarse de la obligación para conmigo” (Ezequiel 44:15,16). Obviamente, los Hijos de Sadoc que podrán acercarse de Jehova, como sacerdotes en el santuario espiritual, serán cristianos fieles y discretos, que habrán cumplido bien con su ministerio cristiano en el antiguo sistema de cosas, « cuando los hijos de Israel se alejaron vagando » lejos de Dios, y habrán sobrevivido a la gran tribulación (Mateo 24:45,46; 25:21,22).

Este entendimiento, a primera vista, parece contradecir la visión de la gran muchedumbre que sobrevive a la gran tribulación y que en su totalidad manifiestan su fe en el valor expiatorio del sacrificio de Cristo (Apocalipsis 7:9,14). Esta diferencia se resuelve fácilmente mediante una información importante que se da en la profecía de Zacarías, con respecto a esta tercera parte que va a sobrevivir. Está escrito: « Y ciertamente traeré la tercera [parte] por el fuego; y realmente los refinaré como al refinar la plata, y los examinaré como al examinar el oro. Ella, por su parte, invocará mi nombre, y yo, por mi parte, le responderé. Ciertamente diré: ‘Es mi pueblo’, y ella, a su vez, dirá: ‘Jehová es mi Dios’” (Zacarías 13:9; Malaquías 3:2-4). ¿Cuándo debe tener lugar este refinamiento esencial del pueblo de Dios, para que pueda seguir viviendo en el paraíso? Según la profecía de Zacarías y Apocalipsis (11:19), el día de Jehová será el 10 de Etanim (Tisri). Según la profecía de Ezequiel 39:12-14, habrá una limpieza de la tierra de siete meses, desde el 10 de Tisri (Etanim) hasta el 10 de Nisán (con el mes intercalar de Veadar), por lo que parece obvio que es en este período que Jehová « refinará a su pueblo » con el fin de prepararlo para la venida a la tierra de la Nueva Jerusalén, el 10 de Nisán, después de la gran tribulación.

En Ezequiel 40:1,2, es en la fecha del 10 de Nisán que el profeta vio la visión de la ciudad con el templo en la tierra, que es una visión del comienzo de la administración terrestre del Reino de Dios. Esta visión corresponde a la descripción del descenso de la Nueva Jerusalén a la Tierra, el 10 de Nisán (Apocalipsis 21:1-4). Podemos decir que la visión de Apocalipsis 7:9,14, de la gran muchedumbre que va a sobrevivir a la gran tribulación, está en la fecha del 10 de Nisán, en comparación con el texto de Juan 12:12-16: « Al día siguiente la gran muchedumbre que había venido a la fiesta, al oír que Jesús venía a Jerusalén, 13 tomaron ramas de palmeras y salieron a su encuentro. Y se pusieron a gritar: “¡Salva, te rogamos! ¡Bendito es el que viene en el nombre de Jehová, sí, el rey de Israel!” ». Si comparamos este texto con Apocalipsis 7:9, la similitud es sorprendente. ¿Cuál es la evidencia de que demuestra que en Juan 12:12-16, Jesucristo realmente entró como rey a Jerusalén, el 10 de Nisán? Un texto que describe el mismo acontecimiento, nos informa que inmediatamente después, Jesucristo expulsó del templo a los comerciantes que vendían animales para la Pascua (Mateo 21:10,11). ¿Cuándo los israelitas tenían que comprar el cordero de la Pascua? El 10 de Nisán: « Hablen a toda la asamblea de Israel, y digan: ‘El día diez de este mes han de tomar para sí cada cual una oveja para la casa ancestral, una oveja por casa » (Éxodo 12:3).

La descripción del juicio del Rey Jesucristo en Mateo 7:21-23 y 25:31-46 se dirige principalmente a la congregación cristiana, porque en los dos pasajes indicados, las personas que tienen un juicio de condenación parecen conocer a Jesucristo (Mateo 7:22; 25:44). El criterio general para juzgar a toda la humanidad, cristiana y no cristiana, parece resumirse en las palabras de Jehová en Ezequiel 9:4: « Y Jehová pasó a decirle: “Pasa por en medio de la ciudad, por en medio de Jerusalén, y tienes que poner una marca en las frentes de los hombres que están suspirando y gimiendo por todas las cosas detestables que se están haciendo en medio de ella” » (Comparar con Santiago 4:4). Por otra parte, esta destrucción y preservación selectiva, de toda la humanidad, también la describe Jesucristo: « Entonces dos hombres estarán en el campo: uno será llevado, y el otro será abandonado; dos mujeres estarán moliendo en el molino de mano: una será llevada, y la otra será abandonada » (Mateo 24:40,41) (O uno de cada dos sobrevivirá (repetido dos veces por Jesucristo)).

Regocijémonos en la gran misericordia de Jehová

« Ciertamente favoreceré al que favorezca, y ciertamente mostraré misericordia al que le muestre misericordia »

(Éxodo 33:19)

Así, se cumplirá sobre las muchísimas personas que habrán sobrevivido a la gran tribulación, lo que se declaró acerca de la misericordia de Jehová: “Yo mismo haré que toda mi bondad pase delante de tu rostro, y ciertamente declararé el nombre de Jehová delante de ti; y ciertamente favoreceré al que favorezca, y ciertamente mostraré misericordia al que le muestre misericordia” (Éxodo 33:19). La situación será comparable a la de los humanos injustos que serán resucitados, porque no conocían completamente la voluntad de Dios en el antiguo sistema de cosas (Hechos 24:15).

Jesucristo dio una imagen de la misericordia de Dios, en la ilustración del « hijo pródigo », la de un Padre esperando el regreso de su hijo, siempre dispuesto a perdonar y facilitar el arrepentimiento del pecador, para concederle la vida eterna: « Mientras él estaba todavía lejos, su padre alcanzó a verlo, y se enterneció, y corrió y se le echó sobre el cuello y lo besó tiernamente » (Lucas 15:11-32). Jesucristo mostró que su Padre aceptaría el uso de la sabiduría práctica de los humanos para perdonarles sus pecados: « Y su amo alabó al mayordomo, aunque era injusto, porque obró con sabiduría práctica; porque los hijos de este sistema de cosas, en su trato con los de su propia generación, son más sabios, de manera práctica, que los hijos de la luz » (Lucas 16:1-8). Jesucristo mostró que su Padre mostraría su misericordia en el último momento, con la ilustración de los obreros de la hora undécima (Mateo 20:1-16).

En dos de las ilustraciones, la del hijo pródigo y de los trabajadores de la hora undécima, Jesucristo mostró que algunos humanos se lamentarían de la misericordia de Dios para con los humanos salvados en el último momento. Aquellos humanos criticarían la misericordia de Dios, pensado que habrían « ganado » por sus « obras » realizadas durante muchos años un galardón superior a aquellos pecadores arrepentidos al último momento: « Cuando vinieron los hombres de la hora undécima, recibieron cada uno un denario. Por eso, cuando vinieron los primeros, concluyeron que ellos recibirían más; pero ellos también recibieron pago a razón de un denario. Al recibirlo, se pusieron a murmurar contra el amo de casa y dijeron: ‘¡Estos últimos trabajaron una sola hora; no obstante, los hiciste iguales a nosotros que soportamos el peso del día y el calor ardiente!’. Mas él, respondiendo a uno de ellos, dijo: ‘Amigo, no te hago ningún mal. Conviniste conmigo por un denario, ¿no es verdad? Toma lo tuyo y vete. Quiero dar a este último lo mismo que a ti. ¿No me es lícito hacer lo que quiero con mis propias cosas? ¿O es inicuo tu ojo porque yo soy bueno?’. De esta manera los últimos serán primeros, y los primeros, últimos” » (Lucas 15:25-31; Mateo 20:9-16).

En los capítulos 7 y 8 de Zacarías, Jehová anima a sus siervos a que lo sirvan con amor y sin un formalismo espiritual desprovisto de sentimientos como el amor por Dios y por los seres humanos: ““Di a toda la gente de la tierra y a los sacerdotes: ‘Cuando ustedes ayunaron y hubo plañido en el quinto mes y en el séptimo mes, y esto por setenta años, ¿ayunaron realmente para mí, hasta para mí? Y cuando comían y cuando bebían, ¿no eran ustedes los que efectuaban el comer, y no eran ustedes los que efectuaban el beber? ¿No deberían haber obedecido las palabras que Jehová clamó por medio de los profetas anteriores, mientras Jerusalén se hallaba habitada, y desahogada, con sus ciudades todo en derredor de ella, y mientras el Négueb y la Sefelá estaban habitados?’”” (Zacarías capítulo 7; 1 Corintios 13:1-8). Jehová Dios pide sinceridad y amor por Él y sus principios contenidos en su Palabra la Biblia: « Y la palabra de Jehová de los ejércitos continuó ocurriéndome, y dijo: “Esto es lo que ha dicho Jehová de los ejércitos: ‘El ayuno del cuarto mes, y el ayuno del quinto mes, y el ayuno del séptimo mes, y el ayuno del décimo mes llegarán a ser para la casa de Judá un alborozo y un regocijo y buenos períodos de fiesta. Por lo tanto, amen la verdad y la paz’ » (Zacarías 8:18,19).

A medida que se acerca el juicio para cada uno de nosotros que decidirá nuestro futuro eterno, poco antes de la Gran Tribulación, Jesucristo dijo de manifestar la humildad y la modestia genuina, en cuanto a nuestra situación ante Dios. Jesucristo usó varias ilustraciones, como el recaudador de impuestos arrepentido y el fariseo jactancioso, o el invitado que busca el primer lugar, con el propósito de mostrar la importancia de no tener una opinión demasiado alta de uno mismo, especialmente delante de Dios: « Entonces pasó a decir a los invitados una ilustración, puesto que reparó en cómo escogían para sí los lugares más prominentes, y les dijo: “Cuando alguien te invita a un banquete de bodas, no te recuestes en el lugar más prominente. Puede que alguien más distinguido que tú haya sido invitado por él en ese tiempo, y que venga el que los invitó a ti y a él y te diga: ‘Deja que este tenga el lugar’. Y entonces tendrás que irte con vergüenza a ocupar el lugar más bajo. Pero cuando se te invita, ve y reclínate en el lugar más bajo, para que cuando venga el que te haya invitado te diga: ‘Amigo, sube más arriba’. Entonces tendrás honra delante de todos los demás convidados contigo. Porque todo el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado” » (Lucas 14:7-11; Romanos 12:3).

Por tanto, regocijémonos en la misericordia de Dios, hacia « los hijos pródigos », « los recaudadores de impuestos arrepentidos », « los obreros de la hora undécima », que sobrevivirán a la gran tribulación, considerándonos personal y sinceramente como uno de los últimos humanos dignos de la misericordia de Dios y la de Jesucristo (Lucas 18:9-14).

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El cumplimiento del Jubileo Planetario

El Jubileo es una liberación de una esclavitud, que es la del pecado y la muerte (Romanos 5:12)…

¿Es tan importante? Es una cuestión de discernimiento (Hebreos 5:14)…

El libro de Ezequiel menciona indirectamente que el año en que ocurrirá la Gran Tribulación será lunisolar, con 13 meses, según el calendario judío…

Este período de 2300 tardes y mañanas se refiere a varios años, en el cual se describe un comportamiento que va en contra del servicio sagrado prestado a Dios en el lugar santo del Templo Santuario Espiritual…

Este estudio se basará principalmente en los 1335 días asociados con el 10 de Etanim (Tisri)…

La Gran Tribulación ocurrirá en un solo día (Zacarías 14:16)

Según la profecía de Zacarías, el Día de Jehová, la Gran Tribulación, durará sólo un día…

Cómo prepararse para la Gran Tribulación

Es una preparación espiritual del corazón antes de la Gran Tribulación…

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