Meditación sobre las dos cartas de Pedro que conducen a la madurez

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BIBLIA EN LÍNEA

Pierre8

La primera carta del apóstol Pedro

El redactor de esta carta es uno de los doce apóstoles de Jesucristo. En los Evangelios, también tiene el nombre de Simón Pedro (Mateo 4:18) y Jesucristo le dio el nombre de Cefas (Juan 1:42). De los doce, fue uno de los tres apóstoles más allegados a Jesucristo: Pedro, Santiago y Juan su hermano. Aquellos tres hombres asistieron a la transfiguración de Jesucristo (Marcos 9:1-10). La lectura de las dos cartas de Pedro no plantea ningún problema de comprensión. Sin embargo, a veces Pedro emplea expresiones e imágenes que están vinculadas a la Ley Mosaica y particularmente al antiguo sistema sacerdotal de la nación de Israel. Se explicarán los simbolismos sin demasiado entrar en los detalles. El objetivo de esta meditación es entender cómo los consejos de las dos cartas pueden guiarnos hacia la madurez cristiana y permiten expandir la reflexión y la comprensión, en relación con la enseñanza presentada por el Apóstol Pedro.

Capítulo 1:

« Pedro, apóstol de Jesucristo, a los residentes temporales esparcidos por el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia, a los escogidos 2 según la presciencia de Dios el Padre, con santificación por el espíritu, con el propósito de que sean obedientes y rociados con la sangre de Jesucristo: Que bondad inmerecida y paz sean aumentadas a ustedes » (versículos 1 y 2).

Los « residentes temporales esparcidos » representan a los cristianos con la esperanza celestial de la vida eterna. Los diferentes lugares geográficos parecen indicar los territorios donde el apóstol Pedro ejerció su ministerio de la palabra. Aquellos lugares están cerca del Mar Negro, en Asia Menor, donde está la Turquía. Además, en la conclusión de su carta, menciona los saludos de la congregación que está en Babilonia, el Iraq actual (1 Pedro 5:13). En la carta dirigida a la congregación de Galacia, escrita por el apóstol Pablo, menciona haber estado con el apóstol Pedro, en Antioquía, en el sur de la Turquía actual (Gálatas 2:11). Todas aquellas informaciones, muestran que es poco probable que Pedro haya estado en Roma, según la historia de la Biblia (Nuevo Testamento). El territorio de su ministerio de la palabra, ha sido en Asia Menor (la Turquía actual), hasta Babilonia (el Iraq actual). Fue el apóstol Pablo (y no el apóstol Pedro) quien predicó al oeste, hasta Roma, según la historia de los Hechos de los Apóstoles.

El simbolismo del rociar con la sangre de Jesucristo a aquellos cristianos, residentes temporales, es otra metáfora relacionada con la instalación de un sacerdocio, que es celestial, en el contexto de esta carta. La misma imagen simbólica de la prenda de vestir exterior de Jesucristo, rociada con sangre, en Apocalipsis, describe su función del Sumo Sacerdote y Sacrificador, durante la gran tribulación: « Está vestido de una prenda de vestir exterior rociada de sangre, y el nombre con que se le llama es La Palabra de Dios » (Apocalipsis 19:13; Éxodo 29:21). De hecho, aquellos cristianos, que tienen la esperanza celestial de la vida eterna, constituirán un reino de sacerdotes en los cielos junto con el Sumo Sacerdote, Jesucristo (Apocalipsis 1:5.6; 5:9,10). En esta carta, el apóstol Pedro menciona este sacerdocio celestial.

El apóstol Pedro muestra que la esperanza (celestial o terrestre) tiene un precio, el de la prueba que refina la fe: « Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, porque, según su gran misericordia, nos dio un nuevo nacimiento a una esperanza viva mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, 4 a una herencia incorruptible e incontaminada e inmarcesible. Está reservada en los cielos para ustedes, 5 que están resguardados por el poder de Dios mediante la fe para una salvación que está lista para ser revelada en el último período. 6 En este hecho ustedes están regocijándose en gran manera, aunque ahora, por un poco de tiempo, si tiene que ser, han sido contristados por diversas pruebas, 7 a fin de que la cualidad probada de su fe, de mucho más valor que el oro que perece a pesar de ser probado por fuego, sea hallada causa de alabanza y gloria y honra al tiempo de la revelación de Jesucristo. 8 Aunque ustedes nunca lo vieron, lo aman. Aunque ahora no están mirándolo, sin embargo ejercen fe en él y están regocijándose en gran manera con gozo inefable y glorificado, 9 al recibir el fin de su fe, la salvación de sus almas » (versículos 3-9).

Con respecto al « nuevo nacimiento », Jesucristo, durante su conversación con Nicodemo, habló de ello: « En respuesta, Jesús le dijo: “Muy verdaderamente te digo: A menos que uno nazca de nuevo, no puede ver el reino de Dios”. Nicodemo le dijo: “¿Cómo puede nacer el hombre cuando es viejo? No puede entrar en la matriz de su madre por segunda vez y nacer, ¿verdad?”. Jesús contestó: “Muy verdaderamente te digo: A menos que uno nazca del agua y del espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que ha nacido de la carne, carne es, y lo que ha nacido del espíritu, espíritu es. No te maravilles a causa de que te dije: Ustedes tienen que nacer otra vez. El viento sopla donde quiere, y oyes su sonido, pero no sabes de dónde viene ni adónde va. Así es todo el que ha nacido del espíritu” » (Juan 3:3-8).

Es durante el bautismo del cristiano quien tiene una esperanza celestial, que el simbolismo de la muerte y del nuevo nacimiento tienen lugar (el nuevo nacimiento representa su futura resurrección celestial) (Mateo 28:19). Durante el bautismo, cuando el cuerpo humano del cristiano está completamente sumergido en el agua, simboliza la muerte y un cambio de condición, hasta la muerte futura de su cuerpo físico. Cuando sale del agua, que actúa como una matriz simbólica, hay el simbolismo del nuevo nacimiento del agua y también, antes o después del bautismo, del espíritu. Jesucristo dice que hay que nacer del agua y del espíritu (Juan 3:5). El nacimiento del espíritu es un fenómeno divino que escapa de la comprensión humana, porque es Dios mismo quien escoge al que nacerá del espíritu para la vida celestial (Juan 3:8). El apóstol Pablo describió este nuevo nacimiento que se hará de manera tangible, durante la muerte efectiva del cristiano fiel y luego, de su resurrección celestial: « Se siembra cuerpo físico, se levanta cuerpo espiritual » (1 Corintios 15:44a).

Este proceso del nuevo nacimiento que se aplica a los cristianos que vivirán en el cielo ¿puede también aplicarse a todos los seres humanos que vivirán para siempre en la tierra? Sí, pero de una manera distinta. En lugar de la expresión del nuevo nacimiento, Jesucristo usó la expresión « re-creación », que es en sí misma, un nuevo nacimiento con un nuevo cuerpo físico sin pecado: « Jesús les dijo: “En verdad les digo: En la re-creación, cuando el Hijo del hombre se siente sobre su trono glorioso, ustedes los que me han seguido también se sentarán sobre doce tronos y juzgarán a las doce tribus de Israel » » (Mateo 19:28). Todavía en la misma carta del apóstol Pablo, con respecto a las diferentes formas de resurrecciones, en la segunda parte del versículo 44, está escrito: « Si hay cuerpo físico, también lo hay espiritual » (1 Corintios 15: 44b. Es cierto en ambos sentidos: si hay una resurrección con un cuerpo espiritual, también la habrá con un cuerpo físico, un nuevo cuerpo humano. Incluso podemos decir que el futuro resucitado terrestre nacerá por el efecto del Espíritu Santo de Dios que le habrá dado la vida en la tierra mediante la resurrección (Hechos 24:15).

Incluso los ángeles en los cielos han tratado de entender de antemano el proceso que conduce a la salvación eterna, por medio del sacrificio de Cristo: « Respecto a esta misma salvación, los profetas que profetizaron acerca de la bondad inmerecida que había de ser para ustedes hicieron una indagación diligente y una búsqueda cuidadosa. 11 Siguieron investigando qué época en particular, o qué suerte de [época], indicaba respecto a Cristo el espíritu que había en ellos cuando este de antemano daba testimonio acerca de los sufrimientos para Cristo y acerca de las glorias que habían de seguir a estos. 12 A ellos les fue revelado que, no para sí mismos, sino para ustedes, ministraban las cosas que ahora han sido anunciadas a ustedes mediante los que les han declarado las buenas nuevas con espíritu santo enviado desde el cielo. En estas mismas cosas los ángeles desean mirar con cuidado » (versículos 10-12).

El apóstol Pedro muestra que cada cristiano debe esforzarse para mejorar su comportamiento ante Dios y su Hijo Jesucristo, para tener el cumplimiento de la esperanza de la vida eterna (celestial o terrestre): « Por lo tanto, fortifiquen su mente para actividad, mantengan completamente su juicio; pongan su esperanza resueltamente en la bondad inmerecida que ha de ser traída a ustedes en la revelación de Jesucristo. 14 Como hijos obedientes, dejen de amoldarse según los deseos que tuvieron en otro tiempo en su ignorancia, 15 y más bien, de acuerdo con el Santo que los llamó, háganse ustedes mismos santos también en toda [su] conducta, 16 porque está escrito: “Tienen que ser santos, porque yo soy santo”.

17 Además, si ustedes invocan al Padre que juzga imparcialmente según la obra de cada cual, compórtense con temor durante el tiempo de su residencia forastera. 18 Porque ustedes saben que no fue con cosas corruptibles, con plata u oro, con lo que fueron librados de su forma de conducta infructuosa recibida por tradición de sus antepasados. 19 Más bien, fue con sangre preciosa, como la de un cordero sin tacha e inmaculado, sí, la de Cristo. 20 Es verdad que él fue preconocido antes de la fundación del mundo, pero fue manifestado al fin de los tiempos por causa de ustedes 21 los que mediante él son creyentes en Dios, el que lo levantó de entre los muertos y le dio gloria; para que la fe y esperanza de ustedes estén puestas en Dios.

22 Ahora que ustedes han purificado sus almas por [su] obediencia a la verdad con el cariño fraternal sin hipocresía como resultado, ámense unos a otros intensamente desde el corazón. 23 Porque se les ha dado un nuevo nacimiento, no de semilla corruptible, sino de semilla [reproductiva] incorruptible, mediante la palabra de[l] Dios vivo y duradero. 24 Porque “toda carne es como hierba, y toda su gloria es como una flor de la hierba; la hierba se marchita, y la flor se cae, 25 pero el dicho de Jehová dura para siempre”. Pues bien, este es el “dicho”, esto que se les ha declarado como buenas nuevas » (Versículos 13-25 ).

Capítulo 2:

Pedro hace referencia de nuevo al reino de los sacerdotes, esta vez en la forma de un edificio hecho de piedras vivas, un templo (el grupo de los cristianos que tienen la esperanza celestial), con la piedra angular, escogida, rechazada por los edificadores, que es Jesucristo:

« Por consiguiente, desechen toda maldad y todo lo engañoso, e hipocresía, y envidias, y toda suerte de difamación solapada, 2 y, como criaturas recién nacidas, desarrollen el anhelo por la leche no adulterada que pertenece a la palabra, para que mediante ella crezcan a la salvación, 3 con tal que hayan gustado que el Señor es bondadoso.

4 Llegando a él como a una piedra viva, rechazada, es verdad, por los hombres, pero escogida, preciosa, para con Dios, 5 ustedes mismos también como piedras vivas están siendo edificados en casa espiritual para el propósito de un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptos a Dios mediante Jesucristo. 6 Porque está contenido en la Escritura: “¡Miren!, voy a colocar en Sión una piedra, escogida, una piedra angular de fundamento, preciosa; y nadie que ejerza fe en ella sufrirá desilusión de manera alguna”.

7 Para ustedes, por lo tanto, él es precioso, porque son creyentes; pero para los que no creen: “la mismísima piedra que los edificadores rechazaron ha llegado a ser la cabeza del ángulo”, 8 y “una piedra de tropiezo y masa rocosa de ofensa”. Estos tropiezan porque son desobedientes a la palabra. Para este mismo fin también fueron señalados. 9 Pero ustedes son “una raza escogida, un sacerdocio real, una nación santa, un pueblo para posesión especial, para que declaren en público las excelencias” de aquel que los llamó de la oscuridad a su luz maravillosa. 10 Porque en un tiempo ustedes no eran pueblo, pero ahora son pueblo de Dios; eran aquellos a quienes no se había mostrado misericordia, pero ahora son aquellos a quienes se ha mostrado misericordia » (versículos 1-10).

El apóstol Pedro no dice que él es la piedra angular, la piedra escogida, de la congregación o iglesia cristiana (en un nivel espiritual), pero más bien es Jesucristo: « Llegando a él como a una piedra viva, rechazada, es verdad, por los hombres, pero escogida, preciosa, para con Dios, ustedes mismos también como piedras vivas están siendo edificados en casa espiritual para el propósito de un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptos a Dios mediante Jesucristo. Porque está contenido en la Escritura: “¡Miren!, voy a colocar en Sión una piedra, escogida, una piedra angular de fundamento, preciosa; y nadie que ejerza fe en ella sufrirá desilusión de manera alguna” » (1 Pedro 2:5,6; Isaías 28:16; Salmos 118:22: La piedra angular de la profecía de Isaías y de los Salmos, mencionada por el apóstol Pedro, es Jesucristo).

Varias recomendaciones para tener un buen comportamiento en las situaciones de la vida cristiana: « Amados, los exhorto como a forasteros y residentes temporales a que sigan absteniéndose de los deseos carnales, los cuales son los mismísimos que llevan a cabo un conflicto en contra del alma. 12 Mantengan excelente su conducta entre las naciones, para que, en la cosa de que hablan contra ustedes como de malhechores, ellos, como resultado de las obras excelentes de ustedes, de las cuales son testigos oculares, glorifiquen a Dios en el día para la inspección por él.

13 Por causa del Señor sujétense a toda creación humana: sea a un rey como quien es superior, 14 o a gobernadores como quienes son enviados por él para infligir castigo a los malhechores, pero para alabar a los que hacen el bien. 15 Porque así es la voluntad de Dios, para que haciendo el bien amordacen el habla ignorante de los hombres irrazonables. 16 Sean como personas libres, y, sin embargo, tengan su libertad, no como disfraz para la maldad, sino como esclavos de Dios. 17 Honren a hombres de toda clase, tengan amor a toda la asociación de hermanos, estén en temor de Dios, den honra al rey.

18 Que los sirvientes de casa estén en sujeción a sus dueños con todo el debido temor, no solo a los buenos y razonables, sino también a los que son difíciles de complacer. 19 Porque si alguno, por motivo de conciencia para con Dios, sobrelleva cosas penosas y sufre injustamente, esto es algo que agrada. 20 Pues, ¿qué mérito hay en ello si, cuando ustedes están pecando y son abofeteados, lo aguantan? Pero si, cuando están haciendo lo bueno y sufren, lo aguantan, esto es algo que agrada a Dios.

21 De hecho, ustedes fueron llamados a este curso, porque hasta Cristo sufrió por ustedes, dejándoles dechado para que sigan sus pasos con sumo cuidado y atención. 22 Él no cometió pecado, ni en su boca se halló engaño. 23 Cuando lo estaban injuriando, no se puso a injuriar en cambio. Cuando estaba sufriendo, no se puso a amenazar, sino que siguió encomendándose al que juzga con justicia. 24 Él mismo cargó con nuestros pecados en su propio cuerpo sobre el madero, para que acabáramos con los pecados y viviéramos a la justicia. Y “por sus heridas ustedes fueron sanados”. 25 Porque ustedes, como ovejas, andaban descarriados; pero ahora se han vuelto al pastor y superintendente de sus almas » (Versículos 11-25).

Los consejos están particularmente dirigidos a aquellos que sufren debido a una situación injusta. Este tipo de sufrimiento y el aguante que produce, es agradable a los ojos de Dios, porque hace de la persona que la soporta, alguien mejor, como el oro refinado por el fuego de la prueba: « Porque si alguno, por motivo de conciencia para con Dios, sobrelleva cosas penosas y sufre injustamente, esto es algo que agrada. Pues, ¿qué mérito hay en ello si, cuando ustedes están pecando y son abofeteados, lo aguantan? Pero si, cuando están haciendo lo bueno y sufren, lo aguantan, esto es algo que agrada a Dios » (versículos 19,20).

Este sufrimiento debido a la injusticia ha sido soportado por Cristo, que es un modelo de aguante para aquellos que sufren por motivo de conciencia para con Dios: « De hecho, ustedes fueron llamados a este curso, porque hasta Cristo sufrió por ustedes, dejándoles dechado para que sigan sus pasos con sumo cuidado y atención. Él no cometió pecado, ni en su boca se halló engaño. Cuando lo estaban injuriando, no se puso a injuriar en cambio. Cuando estaba sufriendo, no se puso a amenazar, sino que siguió encomendándose al que juzga con justicia » (versículos 21-23).

Capítulo 3:

Consejos a las mujeres casadas de la congregación para que continúen a manifestar su belleza interior, mediante sus cualidades cristianas que pueden permitir ganar a un marido no creyente: « De igual manera, ustedes, esposas, estén en sujeción a sus propios esposos, a fin de que, si algunos no son obedientes a la palabra, sean ganados sin una palabra por la conducta de sus esposas, 2 por haber sido ellos testigos oculares de su conducta casta junto con profundo respeto. 3 Y que su adorno no sea el de trenzados externos del cabello ni el de ponerse ornamentos de oro ni el uso de prendas de vestir exteriores, 4 sino que sea la persona secreta del corazón en la vestidura incorruptible del espíritu quieto y apacible, que es de gran valor a los ojos de Dios. 5 Porque así, también, se adornaban en otros tiempos las mujeres santas que esperaban en Dios, sujetándose a sus propios esposos, 6 como Sara obedecía a Abrahán, llamándolo “señor”. Y ustedes han llegado a ser hijas de ella, con tal que sigan haciendo el bien y no teman a ninguna causa de terror » (versículos 1-6).

Consejos a los esposos: « Ustedes, esposos, continúen morando con ellas de igual manera, de acuerdo con conocimiento, asignándoles honra como a un vaso más débil, el femenino, puesto que ustedes también son herederos con ellas del favor inmerecido de la vida, a fin de que sus oraciones no sean estorbadas » (versículo 7). Encontramos los mismos consejosf en las cartas del apóstol Pablo, con respecto a los esposos, sus esposas e los hijos (Efesios 5:21-33; 6:1-4). Se anima a los esposos a « continuar morando con ellas de igual manera, de acuerdo con conocimiento ». Dependiendo del contexto, este « conocimiento » no parece ser un conocimiento bíblico o que uno podría leer en un libro, sino un discernimiento de lo que es la feminidad en la pareja, lo que permite a los esposos tener en cuenta los límites físicos y emocionales de su esposa, « asignándole honra como a un vaso más débil, el femenino ». Obviamente, este « conocimiento » puede aplicarse con respecto a las mujeres hacia sus esposos. Así es que habrá un entendimiento mutuo en la pareja.

Los discípulos de Cristo deben manifestar un amor fraternal con cariño: « Finalmente, todos ustedes sean de un mismo ánimo y parecer, compartiendo sentimientos como compañeros, teniendo cariño fraternal, siendo tiernamente compasivos, de mente humilde, 9 no pagando daño por daño ni injuria por injuria, sino, al contrario, confiriendo una bendición, porque ustedes fueron llamados a este derrotero, para que hereden una bendición. 10 Pues, “el que quiera amar la vida y ver días buenos, reprima su lengua de lo que es malo, y sus labios de hablar engaño; 11 antes bien, apártese de lo que es malo y haga lo que es bueno; busque la paz y siga tras ella. 12 Porque los ojos de Jehová están sobre los justos, y sus oídos están hacia su ruego; pero el rostro de Jehová está contra los que hacen cosas malas” » (versículos 8-12).

Es importante recordar lo que Jesucristo dijo sobre lo que identificaría a los verdaderos discípulos: « Les doy un nuevo mandamiento: que se amen unos a otros; así como yo los he amado, que ustedes también se amen los unos a los otros. En esto todos conocerán que ustedes son mis discípulos, si tienen amor entre sí » (Juan 13:34,35). En algunas congregaciones, los cristianos se sientan y escuchan la enseñanza, después se van a casa, despidiéndose con saludos superficiales. En esta situación, aquellas congregaciones llegan a ser simples campus universitarios o aulas donde el profesor da la enseñanza, y luego cada uno se va a casa. En este caso, ¿dónde está cariño fraternal? Estos dos textos bíblicos muestran claramente que debe haber una vida social dentro de la congregación cristiana. La vida social está compuesta de amistades, invitaciones para compartir una comida, momentos sencillos de felicidad al estar juntos en una caminata o un picnic. La convivencia cristiana no olvida las viudas y los huérfanos, los divorciados, separados y otras personas en soledades prolongadas.

Hay que recordar la declaración de las buenas acciones cristianas de misericordia, según el rey Jesucristo, durante el juicio mundial futuro: « Entonces dirá el rey a los de su derecha: ‘Vengan, ustedes que han sido bendecidos por mi Padre, hereden el reino preparado para ustedes desde la fundación del mundo. Porque me dio hambre, y ustedes me dieron de comer; me dio sed, y me dieron de beber. Fui extraño, y me recibieron hospitalariamente; desnudo estuve, y me vistieron. Enfermé, y me cuidaron. Estuve en prisión, y vinieron a mí’ » (Mateo 25:31-46). Podemos ver que en la lista de aquellas buenas obras cristianas, no hay ninguna acción « religiosa », como escuchar los sermones bíblicos, o ir a predicar y enseñar las buenas nuevas. Obviamente, también debemos hacer aquellas cosas, sin embargo, sin olvidar, según Jesucristo: manifestarse el amor fraternal con hechos de misericordia. Durante esta vida social entre los hermanos y hermanas cristianos, es importante « reprimir su lengua de lo que es malo, y sus labios de hablar engaño » (versículos 10 a 12; lea también la carta de Santiago 3:1-12 (Consejo para dominar la lengua)).

Debemos santificar al Cristo como Señor en el corazón, siempre listos para presentar una defensa ante cualquier hombre: « En verdad, ¿quién es el hombre que les hará daño a ustedes si se hacen celosos por lo que es bueno? 14 Pero hasta si sufrieran por causa de la justicia, son felices. Sin embargo, no teman lo que para ellos es objeto de temor, ni vayan a agitarse. 15 Antes bien, santifiquen al Cristo como Señor en su corazón, siempre listos para presentar una defensa ante todo el que les exija razón de la esperanza que hay en ustedes, pero haciéndolo junto con genio apacible y profundo respeto. 16 Tengan una buena conciencia, para que en el particular de que se hable contra ustedes queden avergonzados los que están hablando con menosprecio de su buena conducta en lo relacionado con Cristo. 17 Porque mejor es sufrir porque estén haciendo el bien, si la voluntad de Dios lo desea, que porque estén haciendo el mal. 18 Pues, hasta Cristo murió una vez para siempre respecto a pecados, un justo por injustos, para conducirlos a ustedes a Dios, habiendo sido muerto en la carne, pero hecho vivo en el espíritu. 19 En esta condición también siguió su camino y predicó a los espíritus en prisión, 20 que en un tiempo habían sido desobedientes cuando la paciencia de Dios estaba esperando en los días de Noé, mientras se construía el arca, en la cual unas pocas personas, es decir, ocho almas, fueron llevadas a salvo a través del agua » (versículos 13-20).

Cuando Pedro escribe « si sufren por causa de la justicia, son felices », ¿cómo puede uno ser feliz cuando al mismo tiempo sufre? Jesucristo mostró en su Sermón del Monte, que uno puede ser feliz en la perspectiva de una esperanza: « Felices son ustedes cuando los vituperen y los persigan y mentirosamente digan toda suerte de cosa inicua contra ustedes por mi causa. 12 Regocíjense y salten de gozo, puesto que grande es su galardón en los cielos; porque de esa manera persiguieron a los profetas antes de ustedes » (Mateo 5:3-12). El cristiano puede ser objeto de acusaciones falsas y, por lo tanto, a veces, debe comparecer ante las autoridades judiciales o hablar ante un representante de la policía (un oficial de policía, un juez, un funcionario fiscal…). Según lo escrito, el cristiano debe seguir dominando sus sentimientos, sus emociones y expresarse con un profundo respeto. Al hacerlo, siendo paciente, es muy probable que la situación se vuelva en contra de los falsos acusadores, que se avergonzarán de su mal comportamiento hacia los cristianos perseguidos. Obviamente, cuando un cristiano sufre debido a una injusticia, debe recordar a su modelo Jesucristo que también sufrió por injusticia, y hasta la muerte (versículos 18-20).

Si la sangre de Cristo salva, el bautismo cristiano, también salva: « Lo que corresponde a esto ahora también los está salvando a ustedes, a saber, el bautismo (no el desechar la suciedad de la carne, sino la solicitud hecha a Dios para una buena conciencia), mediante la resurrección de Jesucristo. 22 Él está a la diestra de Dios, porque siguió su camino al cielo; y ángeles y autoridades y poderes fueron sujetados a él » (versículos 21,22). Desde el momento en que una persona ejerce fe en Dios, el Padre, en su Hijo, y también en el Espíritu Santo, puede bautizarse conformándose, de antemano a los principios básicos cristianos, escritos en la Biblia: « Vayan, por lo tanto, y hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo, enseñándoles a observar todas las cosas que yo les he mandado. Y, ¡miren!, estoy con ustedes todos los días hasta la conclusión del sistema de cosas » (Mateo 28:19,20). Cabe señalar que el mandamiento de Jesucristo, con respecto al bautismo, hay después una enseñanza más profunda y prolongada del cristianismo. Aquel entrenamiento, particularmente del nuevo discípulo cristiano, llevará algún tiempo después de su bautismo.

Capítulo 4:

El discípulo de Cristo ya no debería vivir para los deseos de los hombres, sino para hacer la voluntad de Dios: « Por lo tanto, puesto que Cristo sufrió en la carne, ustedes también ármense de la misma disposición mental; porque la persona que ha sufrido en la carne ha desistido de los pecados, 2 con el fin de vivir el resto de su tiempo en la carne, ya no para los deseos de los hombres, sino para la voluntad de Dios. 3 Porque basta el tiempo que ha pasado para que ustedes hayan obrado la voluntad de las naciones cuando procedían en hechos de conducta relajada, lujurias, excesos con vino, diversiones estrepitosas, partidas de beber e idolatrías ilegales. 4 Porque no continúan corriendo con ellos en este derrotero al mismo bajo sumidero de disolución, ellos están perplejos y siguen hablando injuriosamente de ustedes. 5 Pero estas personas rendirán cuenta al que está listo para juzgar a los vivos y a los muertos. 6 De hecho, con este propósito las buenas nuevas fueron declaradas también a los muertos, para que fueran juzgados en cuanto a la carne desde el punto de vista de los hombres, pero vivieran en cuanto al espíritu desde el punto de vista de Dios » (versículos 4-6).

Los deseos de los hombres representan, según el contexto, los comportamientos desenfrenados. Sin embargo, también pueden representar nuestras malas tendencias pecaminosas. El apóstol Pablo aludió a esta lucha interna contra aquellas malas tendencias humanas: « Hallo, pues, esta ley en el caso mío: que cuando deseo hacer lo que es correcto, lo que es malo está presente conmigo. Verdaderamente me deleito en la ley de Dios conforme al hombre que soy por dentro, pero contemplo en mis miembros otra ley que guerrea contra la ley de mi mente y que me conduce cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros. ¡Hombre desdichado que soy! ¿Quién me librará del cuerpo que está padeciendo esta muerte? ¡Gracias a Dios mediante Jesucristo nuestro Señor! Así pues, con mi mente yo mismo soy esclavo a la ley de Dios, pero con mi carne a la ley del pecado » (Romanos 7:21-25).

Este cambio en el comportamiento atraerá inevitablemente la atención del entorno social del cristiano. Y por consecuencias, es posible que experimente una presión muy fuerte del grupo en forma de chismes, burlas y hasta insultos: « Porque no continúan corriendo con ellos en este derrotero al mismo bajo sumidero de disolución, ellos están perplejos y siguen hablando injuriosamente de ustedes » (Versículo 4). Predicar las buenas nuevas a los muertos, significa una proclamación a toda la humanidad condenada por la muerte heredada de Adán (Mateo 8:22; Efesios 2:1; Romanos 5:12). Esta proclamación de las buenas nuevas hace que, a veces, los cristianos sean criticados o « juzgados en cuanto a la carne desde el punto de vista de los hombres, pero vivieran en cuanto al espíritu desde el punto de vista de Dios » (versículo 6).

El discípulo de Cristo debe tener un comportamiento virtuoso y poner sus dones espirituales al servicio de sus hermanos y hermanas en la fe: « Pero el fin de todas las cosas se ha acercado. Sean de juicio sano, por lo tanto, y sean vigilantes en cuanto a oraciones. 8 Ante todo, tengan amor intenso unos para con otros, porque el amor cubre una multitud de pecados. 9 Sean hospitalarios unos para con otros sin rezongar. 10 En proporción al don que cada uno haya recibido, úsenlo al ministrarse unos a otros como excelentes mayordomos de la bondad inmerecida de Dios expresada de diversas maneras. 11 Si alguno habla, que hable como si fueran las sagradas declaraciones formales de Dios; si alguno ministra, que ministre como dependiendo de la fuerza que Dios suministra; para que en todas las cosas Dios sea glorificado mediante Jesucristo. De él son la gloria y la potencia para siempre jamás. Amén » (versículos 7-11).

Los cristianos que tienen varios dones otorgados por Dios, son sus administradores. Aquellos dones se manifiestan de manera distinta (versículo 10). El apóstol Pablo los describe con mayor precisión: « Ahora bien, hay variedades de dones, pero hay el mismo espíritu; y hay variedades de ministerios, y sin embargo hay el mismo Señor; y hay variedades de operaciones, y sin embargo es el mismo Dios quien ejecuta todas las operaciones en todos. Pero la manifestación del espíritu se da a cada uno con un propósito provechoso. Por ejemplo, a uno se le da mediante el espíritu habla de sabiduría, a otro habla de conocimiento según el mismo espíritu, a otro fe por el mismo espíritu, a otro dones de curaciones por ese único espíritu, a otro operaciones de obras poderosas, a otro el profetizar, a otro discernimiento de expresiones inspiradas, a otro lenguas diferentes, y a otro interpretación de lenguas. Pero todas estas operaciones las ejecuta el uno y mismo espíritu, distribuyendo a cada uno respectivamente así como dispone » (1 Corintios 12:4-11). Aquellos que tienen dones particulares en la congregación deben ser modestos al usarlos, « como dependiendo de la fuerza que Dios suministra ».

A veces, el discípulo de Cristo puede estar en una situación que le parece « extraña », estando en el fuego de una prueba terrible que no esperaba: « Amados, no estén perplejos a causa del incendio entre ustedes, que les está sucediendo para prueba, como si algo extraño les sobreviniera. 13 Al contrario, sigan regocijándose por cuanto son partícipes de los sufrimientos del Cristo, para que también durante la revelación de su gloria se regocijen y se llenen de gran gozo. 14 Si a ustedes los están vituperando por el nombre de Cristo, son felices, porque el [espíritu] de gloria, sí, el espíritu de Dios, descansa sobre ustedes » (versículos 12-14). Aquellas situaciones extrañas pueden ser tribulaciones dentro de la congregación debido a la infiltración de lobos espirituales opresivos que maltratan a los discípulos fieles de Cristo (Mateo 7:15,16).

Los sufrimientos del discípulo de Cristo no deben ser la consecuencia de malas acciones. El discípulo de Cristo debe sufrir como cristiano leal y no como criminal: « Sin embargo, que ninguno de ustedes sufra como asesino, o ladrón, o malhechor, o como entremetido en asuntos ajenos. 16 Pero si [sufre] como cristiano, no se avergüence, sino siga glorificando a Dios en este nombre. 17 Porque es el tiempo señalado para que el juicio comience con la casa de Dios. Ahora bien, si comienza primero con nosotros, ¿cuál será el fin de los que no son obedientes a las buenas nuevas de Dios? 18 “Y si el justo con dificultad se salva, ¿dónde aparecerán el impío y el pecador?” 19 Así, pues, también los que están sufriendo en armonía con la voluntad de Dios sigan encomendando sus almas a un fiel Creador mientras están haciendo el bien » (versículos 15-19).

Capítulo 5:

Los ancianos o superintendentes de las congregaciones cristianas deben pastorear al rebaño de Dios: « Por lo tanto, a los que son ancianos entre ustedes doy esta exhortación, porque yo también soy anciano con ellos y testigo de los sufrimientos del Cristo, hasta partícipe de la gloria que ha de ser revelada: 2 Pastoreen el rebaño de Dios bajo su custodia, no como obligados, sino de buena gana; tampoco por amor a ganancia falta de honradez, sino con empeño; 3 tampoco como enseñoreándose de los que son la herencia de Dios, sino haciéndose ejemplos del rebaño. 4 Y cuando el pastor principal haya sido manifestado, ustedes recibirán la inmarcesible corona de la gloria » (versículos 1-4).

Los ancianos de la congregación cristiana son pastores espirituales al servicio de las ovejas que pertenecen a Dios y a Jesucristo. El apóstol Pedro se designa también como anciano. Antes de subir al cielo, Jesucristo resucitado le pidió a Pedro que pastoreara al rebaño de Dios, la congregación cristiana (Juan 21:15-17). El trabajo pastoral es enseñar, como lo hicieron el apóstol Pedro, el discípulo Santiago y Judas (su hermano), y los apóstoles Juan y Pablo. Sus cartas son ejemplos de la clase de enseñanza bíblica de alta cualidad que cada anciano debe proporcionar a la congregación cristiana. El trabajo pastoral de los superintendentes también es crear vínculos fraternales con los hermanos y las hermanas en la congregación cristiana, haciendo visitas de pastoreo para animar a las ovejas de Dios, bajo su custodia.

El apóstol Pablo escribió, bajo inspiración, las condiciones requeridas de los ancianos o superintendentes de las congregaciones cristianas: « Si algún hombre está procurando alcanzar un puesto de superintendente, desea una obra excelente. El superintendente, por lo tanto, debe ser irreprensible, esposo de una sola mujer, moderado en los hábitos, de juicio sano, ordenado, hospitalario, capacitado para enseñar, no un borracho pendenciero, no un golpeador, sino razonable, no belicoso, no amador del dinero, hombre que presida su propia casa excelentemente, que tenga hijos en sujeción con toda seriedad (si de veras no sabe algún hombre presidir su propia casa, ¿cómo cuidará de la congregación de Dios?); no un hombre recién convertido, por temor de que se hinche de orgullo y caiga en el juicio pronunciado contra el Diablo. Además, debe también tener excelente testimonio de los de afuera, para que no caiga en vituperio y en un lazo del Diablo » (1 Timoteo 3:1-7).

« Por esta razón te dejé en Creta, para que corrigieras las cosas defectuosas e hicieras nombramientos de ancianos en ciudad tras ciudad, como te di órdenes; si hay algún hombre libre de acusación, esposo de una sola mujer, que tenga hijos creyentes no acusados de disolución, ni ingobernables. Porque el superintendente tiene que estar libre de acusación como mayordomo de Dios, no ser voluntarioso, ni propenso a la ira, ni borracho pendenciero, ni golpeador, ni ávido de ganancia falta de honradez, sino hospitalario, amador del bien, de juicio sano, justo, leal, que ejerza autodominio, que se adhiera firmemente a la fiel palabra en lo que toca a su arte de enseñar, para que pueda exhortar por la enseñanza que es saludable y también censurar a los que contradicen » (Tito 1:5-9).

También hay las condiciones requeridas de los siervos ministeriales, escritas por el apóstol Pablo, bajo inspiración: « Los siervos ministeriales, igualmente, deben ser serios, no de lengua doble, no dados a mucho vino, no ávidos de ganancia falta de honradez, manteniendo el secreto sagrado de la fe con una conciencia limpia. También, que primero se pruebe a estos en cuanto a aptitud; entonces que sirvan como ministros, al estar libres de acusación » (1 Timoteo 3:8-10). Los siervos ministeriales ayudan a los ancianos en el trabajo pastoral en la congregación cristiana.

Hay un ejemplo concreto, que muestra cómo los siervos ministeriales pueden ayudar a los superintendentes, en el relato del libro de los Hechos: « Ahora bien, en estos días, cuando aumentaban los discípulos, se suscitó una murmuración de parte de los judíos de habla griega contra los judíos de habla hebrea, porque a sus viudas se las pasaba por alto en la distribución diaria. De modo que los doce convocaron a la multitud de los discípulos y dijeron: “No es cosa grata el que nosotros dejemos la palabra de Dios para distribuir alimento a las mesas. Por eso, hermanos, búsquense siete varones acreditados de entre ustedes, llenos de espíritu y de sabiduría, para que los nombremos sobre este asunto necesario; pero nosotros nos dedicaremos a la oración y al ministerio de la palabra”. Y lo que se habló fue grato a toda la multitud, y seleccionaron a Esteban, varón lleno de fe y de espíritu santo, y a Felipe y a Prócoro y a Nicanor y a Timón y a Parmenas y a Nicolás, prosélito de Antioquía; y los colocaron delante de los apóstoles, y, después de haber orado, estos les impusieron las manos » (Hechos 6:1-6). En esta situación, los siervos ministeriales ayudaron a los apóstoles que también eran ancianos, para que pudieran estar más disponibles para la oración y el ministerio de la palabra.

Entre aquellos siete hombres nombrados como siervos ministeriales, hay dos muy conocidos, según el relato de los Hechos: Esteban y Felipe (Hechos capítulos 6 y 7 (Esteban); Hechos capítulo 8 (Felipe conocido como evangelizador, como lo era también el apóstol Pablo)). Dada su respectiva sabiduría, es probable que fueran también ancianos, en el momento de su tarea de distribución de alimentos. Esto significa que un anciano o superintendente puede, en ciertas circunstancias, tener la función del siervo ministerial.

Hay que humillarse bajo la poderosa mano de Dios: « De igual manera, ustedes, hombres de menos edad, estén en sujeción a los hombres de más edad. Pero todos ustedes cíñanse con humildad mental los unos para con los otros, porque Dios se opone a los altivos, pero da bondad inmerecida a los humildes.

6 Humíllense, por lo tanto, bajo la poderosa mano de Dios, para que él los ensalce al tiempo debido; 7 a la vez que echan sobre él toda su inquietud, porque él se interesa por ustedes. 8 Mantengan su juicio, sean vigilantes. Su adversario, el Diablo, anda en derredor como león rugiente, procurando devorar [a alguien]. 9 Pero pónganse en contra de él, sólidos en la fe, sabiendo que las mismas cosas en cuanto a sufrimientos van realizándose en toda la asociación de sus hermanos en el mundo. 10 Pero, después que ustedes hayan sufrido por un poco de tiempo, el Dios de toda bondad inmerecida, que los llamó a su gloria eterna en unión con Cristo, terminará él mismo el entrenamiento de ustedes; él los hará firmes, él los hará fuertes. 11 A él sea la potencia para siempre. Amén.

12 Mediante Silvano, un fiel hermano, según lo considero yo, les he escrito en pocas [palabras], para dar estímulo y un testimonio sincero de que esta es la verdadera bondad inmerecida de Dios; en la cual, estén firmes. 13 La que está en Babilonia, escogida igual [que ustedes], les envía sus saludos, y también Marcos mi hijo. 14 Salúdense los unos a los otros con un beso de amor. Que todos ustedes los que están en unión con Cristo tengan paz » (versículos 5-14).

***

La segunda carta del apóstol Pedro

Capítulo 1:

La primera parte de este capítulo es un estímulo para cultivar cualidades cristianas que evitarán ser estéril con respecto al conocimiento exacto de nuestro Señor Jesucristo: « Simón Pedro, esclavo y apóstol de Jesucristo, a los que han obtenido una fe, tenida en igualdad de privilegio con la nuestra, por la justicia de nuestro Dios y del Salvador Jesucristo:

2 Que bondad inmerecida y paz les sean aumentadas por un conocimiento exacto de Dios y de Jesús nuestro Señor, 3 por cuanto su poder divino nos ha dado libremente todas las cosas que atañen a la vida y a la devoción piadosa, mediante el conocimiento exacto de aquel que nos llamó mediante gloria y virtud. 4 Mediante estas cosas nos ha dado libremente las preciosas y grandiosísimas promesas, para que por estas ustedes lleguen a ser partícipes de la naturaleza divina, habiendo escapado de la corrupción que hay en el mundo por la lujuria.

5 Sí; por esta misma razón, contribuyendo ustedes en respuesta todo esfuerzo solícito, suministren a su fe, virtud; a su virtud, conocimiento; 6 a su conocimiento, autodominio; a [su] autodominio, aguante; a su aguante, devoción piadosa; 7 a su devoción piadosa, cariño fraternal; a su cariño fraternal, amor. 8 Porque si estas cosas existen en ustedes y rebosan, impedirán que ustedes sean inactivos o infructíferos respecto al conocimiento exacto de nuestro Señor Jesucristo.

9 Porque si estas cosas no están presentes en alguien, está ciego, pues cierra los ojos a la luz, y se ha hecho olvidadizo respecto al limpiamiento de sus pecados de hace mucho. 10 Por esta razón, hermanos, tanto más hagan lo sumo por hacer seguros para sí su llamamiento y selección; porque si siguen haciendo estas cosas no fracasarán nunca. 11 De hecho, así se les suministrará ricamente la entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo » (versículos 1-11).

Debemos estar firmemente establecidos en la verdad: « Por esta razón siempre estaré dispuesto a recordarles estas cosas, aunque las conocen y están firmemente establecidos en la verdad que está presente en ustedes. 13 Pero considero apropiado, mientras estoy en este tabernáculo, despertarlos por vía de hacerles recordar, 14 puesto que sé que pronto veré quitado mi tabernáculo, tal como también me lo significó nuestro Señor Jesucristo. 15 Así es que haré lo sumo posible también a todo tiempo para que, después de mi partida, ustedes puedan hacer mención de estas cosas para sí.

16 No, no fue siguiendo cuentos falsos artificiosamente tramados como les hicimos conocer el poder y la presencia de nuestro Señor Jesucristo, sino por haber llegado a ser testigos oculares de su magnificencia. 17 Porque él recibió de Dios el Padre honra y gloria, cuando palabras como estas le fueron dirigidas por la magnífica gloria: “Este es mi hijo, mi amado, a quien yo mismo he aprobado”. 18 Sí, estas palabras las oímos dirigidas desde el cielo mientras estábamos con él en la santa montaña.

19 Por consiguiente, tenemos la palabra profética hecha más segura; y ustedes hacen bien en prestarle atención como a una lámpara que resplandece en un lugar oscuro, hasta que amanezca el día y el lucero se levante, en sus corazones. 20 Porque ustedes saben esto primero, que ninguna profecía de la Escritura proviene de interpretación privada alguna. 21 Porque la profecía no fue traída en ningún tiempo por la voluntad del hombre, sino que hombres hablaron de parte de Dios al ser llevados por espíritu santo » (versículos 12-21).

En los versículos 13 y 14, está escrito: « Pero considero apropiado, mientras estoy en este tabernáculo, despertarlos por vía de hacerles recordar, puesto que sé que pronto veré quitado mi tabernáculo, tal como también me lo significó nuestro Señor Jesucristo ». El tabernáculo mencionado por el apóstol Pedro, es la metáfora de su cuerpo humano. El estar en el tabernáculo significa vivir con el cuerpo humano. El quitar el tabernáculo significa morir al dejar de vivir en este cuerpo. Esto también puede significar, una muerte, seguida, más tarde de una resurrección celestial con un cuerpo espiritual, que no requiere un cuerpo humano, dejándolo en la tierra, después de la muerte.

El tabernáculo es una tienda. Sin embargo, en el contexto bíblico, tiene un sentido de tienda sagrada que representa un templo (Éxodo 39:32,40). El templo es para adorar a Dios. Esto significa que el cuerpo humano tiene el valor sagrado de un templo, originalmente hecho para adorar a Dios, en agradecimiento del hecho de que nos dio la vida (Apocalipsis 4:11). El templo hecho de piedras no puede moverse como la tienda sagrada que es el tabernáculo. El cuerpo humano es un templo que puede desplazarse, de ahí la expresión de tabernáculo. Muestra cuán sagrado a los ojos de Dios, es el cuerpo humano y la vida que lo anima.

En el versículo 15, está escrito: « Así es que haré lo sumo posible también a todo tiempo para que, después de mi partida, ustedes puedan hacer mención de estas cosas para sí ». El apóstol Pedro quería dar un buen entrenamiento a los superintendentes o ancianos, para que pudieran actuar de la misma manera que él, pastoreando el rebaño de Dios. Especialmente porque sabía que su muerte se acercaba (versículo 14). Estaba preocupado por hacerlos autónomos en sentido espiritual, sin que los ancianos tuvieran que depender de él, porque iba a morir.

Los versículos 17 y 18, mencionan el relato de la transfiguración de Jesucristo, de los cuales fueron testigos, juntos con el apóstol Pedro, los apóstoles Juan y Santiago: « Porque él recibió de Dios el Padre honra y gloria, cuando palabras como estas le fueron dirigidas por la magnífica gloria: “Este es mi hijo, mi amado, a quien yo mismo he aprobado”. Sí, estas palabras las oímos dirigidas desde el cielo mientras estábamos con él en la santa montaña ».

Aquí está el relato de la transfiguración de Jesucristo: « Seis días después Jesús tomó consigo a Pedro y a Santiago y a Juan su hermano, y los llevó a una montaña encumbrada donde estuvieron solos. Y fue transfigurado delante de ellos, y su rostro resplandeció como el sol, y sus prendas de vestir exteriores se hicieron esplendorosas como la luz. Y, ¡mire!, se les aparecieron Moisés y Elías, que conversaban con él. Tomando Pedro la palabra, dijo a Jesús: “Señor, es excelente que estemos aquí. Si quieres, erigiré aquí tres tiendas: una para ti y una para Moisés y una para Elías”. Mientras él todavía hablaba, ¡mire!, una nube brillante los cubrió con su sombra, y, ¡mire!, una voz procedente de la nube, que decía: “Este es mi Hijo, el amado, a quien he aprobado; escúchenle”. Al oír esto, los discípulos cayeron sobre sus rostros y tuvieron mucho miedo. Entonces Jesús se acercó y, tocándolos, dijo: “Levántense y no teman”. Cuando alzaron los ojos, no vieron a nadie sino solo a Jesús mismo. Y al ir descendiendo de la montaña, Jesús les mandó, y dijo: “No digan a nadie la visión hasta que el Hijo del hombre sea levantado de entre los muertos” » (Mateo 17:1-9). En el versículo 19, el apóstol Pedro explica que el objetivo de la transfiguración era dar una garantía sólida por parte de Dios, el Padre Celestial, del cumplimiento de las profecías bíblicas sobre la persona de Jesucristo, su Hijo.

Los versículos 20 y 21 muestran que las palabras proféticas de la Biblia provienen de Dios. Son una garantía de la verdad: « Porque ustedes saben esto primero, que ninguna profecía de la Escritura proviene de interpretación privada alguna. Porque la profecía no fue traída en ningún tiempo por la voluntad del hombre, sino que hombres hablaron de parte de Dios al ser llevados por espíritu santo ». La Biblia es un depósito escritural del Espíritu Santo, la fuerza activa de Dios.

Capítulo 2:

El apóstol Pedro menciona la infiltración en la congregación cristiana, de individuos maliciosos que pronuncian palabras calumniosas y con un comportamiento inicuo. Este capítulo, que se citará a continuación, en su totalidad, es muy parecido a la carta de Judas, con el mismo tema y con ciertos ejemplos muy similares:

« Sin embargo, llegó a haber también falsos profetas entre el pueblo, como también habrá falsos maestros entre ustedes. Estos mismísimos introducirán calladamente sectas destructivas y repudiarán hasta al dueño que los compró, trayendo sobre sí mismos destrucción acelerada. 2 Además, muchos seguirán los actos de conducta relajada de ellos y por causa de estos se hablará injuriosamente del camino de la verdad. 3 También, con codicia los explotarán a ustedes con palabras fingidas. Pero en cuanto a ellos, el juicio desde lo antiguo no se mueve lentamente, y la destrucción de ellos no dormita.

4 Ciertamente si Dios no se contuvo de castigar a los ángeles que pecaron, sino que, al echarlos en el Tártaro, los entregó a hoyos de densa oscuridad para que fueran reservados para juicio; 5 y no se contuvo de castigar a un mundo antiguo, sino que guardó en seguridad a Noé, predicador de justicia, con otras siete personas cuando trajo un diluvio sobre un mundo de gente impía; 6 y al reducir a cenizas a las ciudades de Sodoma y Gomorra las condenó, poniendo para personas impías un modelo de cosas venideras; 7 y libró al justo Lot, a quien angustiaba sumamente la entrega de la gente desafiadora de ley a la conducta relajada 8 —porque aquel hombre justo, por lo que veía y oía mientras moraba entre ellos de día en día, atormentaba su alma justa a causa de los hechos desaforados de ellos—, 9 Jehová sabe librar de la prueba a personas de devoción piadosa, pero reservar a personas injustas para el día del juicio para que sean cortadas de la existencia, 10 especialmente, sin embargo, a las que siguen tras la carne con el deseo de contaminarla, y que menosprecian el señorío.

Osados, voluntariosos, estos no tiemblan ante los gloriosos, sino que hablan injuriosamente, 11 mientras que los ángeles, aunque son mayores en fuerza y poder, no presentan contra ellos acusación en términos injuriosos, lo cual no hacen por respeto a Jehová. 12 Pero estos hombres, como animales irracionales nacidos naturalmente para ser atrapados y destruidos, hasta sufrirán —en las cosas que ignoran y de las cuales hablan injuriosamente— destrucción en su propio derrotero de destrucción, 13 haciéndose mal a sí mismos como paga por hacer el mal.

Ellos consideran un placer el vivir lujosamente durante el día. Son manchas y tachas, que se entregan con desenfrenado deleite a sus enseñanzas engañosas mientras banquetean junto con ustedes. 14 Tienen ojos llenos de adulterio, y no pueden desistir del pecado, y cautivan almas inconstantes. Tienen un corazón entrenado en la codicia. Son hijos malditos. 15 Abandonando la senda recta, han sido extraviados. Han seguido la senda de Balaam, hijo de Beor, que amó la paga de la maldad, 16 pero recibió censura por su propia violación de lo que era correcto. Una bestia de carga sin voz, expresándose con voz de hombre, estorbó el loco proceder del profeta.

17 Estos son fuentes sin agua, y neblinas impelidas por una tempestad violenta, y para ellos ha sido reservada la negrura de la oscuridad. 18 Porque profieren expresiones hinchadas de ningún provecho, y cautivan, por los deseos de la carne y por los hábitos relajados, a los que precisamente están escapando de personas que se comportan en error. 19 A la vez que les están prometiendo libertad, ellos mismos existen como esclavos de la corrupción. Porque cualquiera que es vencido por otro queda esclavizado por este. 20 Ciertamente si, después de haber escapado de las contaminaciones del mundo por un conocimiento exacto del Señor y Salvador Jesucristo, se envuelven de nuevo en estas mismas cosas y son vencidos, las condiciones finales han llegado a ser peores para ellos que las primeras. 21 Porque mejor les hubiera sido no haber conocido con exactitud la senda de la justicia que, después de haberla conocido con exactitud, apartarse del santo mandamiento que les fue entregado. 22 Les ha sucedido el dicho del proverbio verdadero: “El perro ha vuelto a su propio vómito, y la cerda bañada a revolcarse en el fango” » (versículos 1-22).

Hay un punto de enseñanza mencionado tanto por el apóstol Pedro como por el discípulo Judas, que está escrito en los versículos 10b y 11: « Osados, voluntariosos, estos no tiemblan ante los gloriosos, sino que hablan injuriosamente, mientras que los ángeles, aunque son mayores en fuerza y poder, no presentan contra ellos acusación en términos injuriosos, lo cual no hacen por respeto a Jehová ». Aquí está la idea similar enseñada por el discípulo Judas: « De igual manera, no obstante, estos hombres, también, entregados a sueños, están contaminando la carne y desatendiendo el señorío y hablando injuriosamente de los gloriosos. Pero cuando Miguel el arcángel tuvo una diferencia con el Diablo y disputaba acerca del cuerpo de Moisés, no se atrevió a llevar un juicio contra él en términos injuriosos, sino que dijo: “Que Jehová te reprenda”. Sin embargo, estos hombres están hablando injuriosamente de todas las cosas que realmente no conocen; pero en cuanto a todas las cosas que sí entienden naturalmente como los animales irracionales, en estas cosas siguen corrompiéndose » (versículos 8-10).

La sustancia de la enseñanza de los dos ejemplos dados por apóstol Pedro y discípulo Judas, es que, si el arcángel Miguel y los ángeles no se atrevieron a pronunciar palabras de juicios, del mismo modo, no hay que hablar injuriosamente contra los miembros de la congregación cristiana, particularmente contra los administradores o responsables del rebaño, los ancianos, incluso si pudiera justificarse (como lo era, en el caso en contra de Satanás el diablo). Si un cristiano tuviera que ser víctima de una injusticia (según él (probado o no)) y que aquello no pudiera resolverse en el marco de una comunicación saludable, entonces es aconsejable confiar en la justicia de Dios y la de su Hijo Jesucristo, que, por cierto, se cumplirá, pero más tarde. Mientras tanto, lo más sabio es soportar el mal, manteniéndose callado, esperando a Jehová Dios: « Bueno es que uno espere, aun callado, la salvación de Jehová » (Lamentaciones 3:26). « Pero en cuanto a mí, por Jehová me mantendré vigilante. Ciertamente mostraré una actitud de espera por el Dios de mi salvación. Mi Dios me oirá » (Miqueas 7:7; Isaías 66:5). Aquellos que persistirían en murmurar dentro de la congregación, manifestarían una sabiduría terrenal, animal y demoníaca (Santiago 3:14-18). El apóstol Pedro describe aquellos individuos malvados de una manera muy severa, en los versículos 12-22.

Capítulo 3:

El apóstol Pierre escribe sobre la presencia de burlones que insistirían en que las cosas no han cambiado, y que nada indica que las profecías bíblicas se cumplirán. En el capítulo 3, hay una respuesta detallada a aquellos burladores con ejemplos específicos, tomados de la historia bíblica, sobre el cumplimiento de las profecías. El capítulo 3 también se citará a continuación en su totalidad:

« Amados, esta es ya la segunda carta que les escribo, en la cual, como en mi primera, estoy despertando sus facultades de raciocinio claro a modo de recordatorio, 2 para que se acuerden de los dichos hablados previamente por los santos profetas, y del mandamiento del Señor y Salvador mediante los apóstoles de ustedes. 3 Porque ustedes saben esto primero, que en los últimos días vendrán burlones con su burla, procediendo según sus propios deseos 4 y diciendo: “¿Dónde está esa prometida presencia de él? Pues, desde el día en que nuestros antepasados se durmieron [en la muerte], todas las cosas continúan exactamente como desde el principio de la creación”.

5 Porque, conforme al deseo de ellos, este hecho se les escapa, que hubo cielos desde lo antiguo, y una tierra mantenida compactamente fuera de agua y en medio de agua por la palabra de Dios; 6 y por aquellos [medios] el mundo de aquel tiempo sufrió destrucción cuando fue anegado en agua. 7 Pero por la misma palabra los cielos y la tierra que existen ahora están guardados para fuego y están en reserva para el día del juicio y de la destrucción de los hombres impíos.

8 Sin embargo, no vayan a dejar que este hecho en particular se les escape, amados, que un día es para con Jehová como mil años, y mil años como un día. 9 Jehová no es lento respecto a su promesa, como algunas personas consideran la lentitud, pero es paciente para con ustedes porque no desea que ninguno sea destruido; más bien, desea que todos alcancen el arrepentimiento. 10 Sin embargo, el día de Jehová vendrá como ladrón, y en este los cielos pasarán con un ruido de silbido, pero los elementos, estando intensamente calientes, serán disueltos, y la tierra y las obras que hay en ella serán descubiertas.

11 Puesto que todas estas cosas así han de ser disueltas, ¡qué clase de personas deben ser ustedes en actos santos de conducta y hechos de devoción piadosa, 12 esperando y teniendo muy presente la presencia del día de Jehová, por el cual los cielos, estando encendidos, serán disueltos, y los elementos, estando intensamente calientes, se derretirán! 13 Pero hay nuevos cielos y una nueva tierra que esperamos según su promesa, y en estos la justicia habrá de morar.

14 Por eso, amados, ya que están esperando estas cosas, hagan lo sumo posible para que finalmente él los halle inmaculados y sin tacha y en paz. 15 Además, consideren la paciencia de nuestro Señor como salvación, así como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le fue dada, les escribió, 16 al hablar de estas cosas como también lo hace en todas sus cartas. En ellas, sin embargo, hay algunas cosas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también hacen con las demás Escrituras, para su propia destrucción.

17 Ustedes, por lo tanto, amados, teniendo este conocimiento de antemano, guárdense para que no vayan a ser llevados con ellos por el error de gente desafiadora de ley y caigan de su propia constancia. 18 No; sino sigan creciendo en la bondad inmerecida y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea la gloria tanto ahora como hasta el día de la eternidad » (versículos 1-18).

Es interesante observar que la presencia de burlones, según el apóstol Pedro, está dentro de la congregación cristiana. Dependiendo del contexto de este capítulo 3, aquellos burladores conocen la Biblia, según su comentario del versículo 4 y Pedro les responde con ejemplos bíblicos.

Con respecto a la esperanza cristiana, está escrito: « Pero hay nuevos cielos y una nueva tierra que esperamos según su promesa, y en estos la justicia habrá de morar » (versículo 13). Los nuevos cielos representan el reino de Dios, representado por el Rey Jesucristo y los 144000, la Nueva Jerusalén que descenderá desde los cielos, a la tierra. La nueva tierra será la humanidad que habrá sobrevivido a la Gran Tribulación y todos los resucitados terrestres: « Y vi un nuevo cielo y una nueva tierra; porque el cielo anterior y la tierra anterior habían pasado, y el mar ya no existe. Vi también la santa ciudad, la Nueva Jerusalén, que descendía del cielo desde Dios y preparada como una novia adornada para su esposo. Con eso, oí una voz fuerte desde el trono decir: “¡Mira! La tienda de Dios está con la humanidad, y él residirá con ellos, y ellos serán sus pueblos. Y Dios mismo estará con ellos. Y limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado” » (Apocalipsis 7:9-17 (la gran muchedumbre); 21:1-4 (el Reino de Dios y el conjunto de humanidad en el paraíso terrestre)).

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Alcanzando la madurez espiritual (Hebreos 6:1)

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